Fujimori empezó a responder por violaciones a los derechos humanos

Por Reynaldo Muñoz AFP


LIMA (AFP) - El ex presidente peruano Alberto Fujimori compareció para el inicio de un histórico juicio por violación a los derechos humanos en que se declaró inocente y del que podría salir con una sentencia en prisión de por vida, en una jornada que finalizó de manera abrupta por una hipertensión del acusado.
Despojado del enorme poder que ostentó en la década pasada, Fujimori, de 69 años, se sentó en el banquillo de los acusados ante un tribunal de la Corte Suprema presidido por el juez César San Martín, quien debe estudiar el pedido del fiscal José Peláez, que exige una condena de 30 años de cárcel por dos matanzas que dejaron 25 muertos y por dos casos de secuestro de opositores.
Tras un receso, el médico del Instituto Nacional Penitenciario señaló ante el tribunal que Fujimori fue evaluado a las 13H45 (18H45 GMT) y presentó "síntomas de dolor precordial, dolor de cabeza, dolor de garganta, y en el examen se evaluó una crisis hipertensiva. Se recomienda reposo por el día de hoy hasta evaluación el día de mañana".
Por esa razón San Martín suspendió la audiencia hasta el miércoles a las 09H30 locales (14H30 GMT).
Sin embargo en el comienzo del juicio Fujimori lució de buen semblante. Vestido sobriamente con terno oscuro y una corbata dorada, estuvo serio y callado durante las primeras horas pero luego ante una pregunta de San Martín sorprendió levantando la voz y utilizando un tono de arenga política.
"Rechazo los cargos, soy inocente, no acepto la acusación fiscal", dijo Fujimori en tono vibrante en respuesta al juez, que le preguntó si aceptaba la requisitoria de la fiscalía.
"Acusado Fujimori, aquí mando yo. Tranquilo, tiene usted que respetar las directivas del tribunal", le dijo en voz alta el juez San Martín, quien le pidió precisar 'Sí' o 'No' a su pregunta.
Un exaltado Fujimori solicitó luego al juez, en medio de aplausos, "30 segundos" para terminar de exponer una síntesis de su defensa, que continuó a las apuradas señalando que "yo recibí el país en el año 1990 casi en colapso".
"Mi gobierno rescató los derechos humanos de 25 millones de peruanos, sin excepción alguna. Si hubo hechos execrables no fueron por mi orden y los condeno", remató agitado Fujimori, que empleaba un timbre enérgico de voz y agitaba los brazos constantemente parado detrás del pupitre asignado por el tribunal.
En una sala contigua y separada por un ventanal de la sala de juzgamiento se encontraban tres de sus cuatro hijos: la congresista Keiko Sofía, Sachi Marcela y Kenji Gerardo. Junto a ellos un grupo de congresistas fujimoristas, y en la misma sala familiares de las víctimas, periodistas, representantes de organismos de derechos humanos y observadores internacionales.
Durante la audiencia se escuchaban a lo lejos persistentes arengas de partidarios de Fujimori lanzadas por altoparlantes. "Estamos contigo 'Chino'", "el 'Chino' es inocente", rugía una estentórea voz desde un local a unos cien metros del lugar de juzgamiento.
Fujimori, quien gobernó entre 1990 y 2000, es acusado de ser autor intelectual en el asesinato, tortura y lesiones graves por las matanzas en el vecindario limeño de Barrios Altos y en la Universidad La Cantuta, que costaron la vida a un total de 25 personas, en 1991 y 1992, ejecutadas por un comando de la muerte denominado Grupo Colina.
Ambos hechos están considerados como los peores crímenes perpetrados por el Estado en el conflicto interno entre 1980 y 2000 contra los guerrilleros Sendero Luminoso y MRTA.
Para el fiscal Peláez -quien hizo notar en el juicio que hoy es el día de los derechos humanos-, Fujimori "trazó una política de combatir la subversión usando los métodos de guerra clandestina de baja intensidad y eliminación de enemigos".
El juez San Martín junto a los magistrados Hugo Príncipe y Víctor Prado analizarán el dictamen de Peláez e interrogarán a unas cincuentas personas, llamadas por la fiscalía y la defensa de Fujimori, en el juicio que se estima tendrá una duración no menor de un año.

doña soraida

No es gata, sin embargo, la han matado más de siete veces ya y sobrevive, ahora está a la espera de la muerte definitiva, aunque sobra decir que la muerte no la asusta y mucho menos la muerte clínica. De frente alta, piel morena y tersa, cabello rizo y recogido, mirada fija, respirada y profunda que sentencia a quien se atraviesa en su camino.
La primera vez que murió fue el mismo día que nació, quizá ese fue su error haber nacido, su madre no se ocupó siquiera de mirarla, mucho menos de recogerla entre sus brazos y amamantarla.. Quizá porque vislumbró en ella la simiente de la tragedia o porque se asustó al percibir en esa pequeña criatura que se deslizaba entre sus piernas la voracidad de quien le hace frente a la vida. Creció como nació, sola, recia, serena, con la certeza de quien sabe que no existe escondite posible ante la vida.
Desde pequeña fue firme en sus decisiones, severa ante la maldad, irreverente ante la injusticia. Sin embargo, esto no fue suficiente para salvarla aquella mañana del sol inclemente, sol ecuatorial que parte la piel como navaja, sol que marcó la arruga de su frente tallada por el cincel sucio y vil que penetró por su vagina. Desde aquel día decidió que esa sería su única arruga, la única marca visible de su destino que se remarcaría una y otra vez a lo largo de su vida, como el día que nació su hijo debido a la fuerza con la que éste se aferró a sus entrañas, igual que el sentenciado aprieta su celda antes de acudir a la silla eléctrica, reviviendo la historia del que no debió nacer, del que no debió ser.
Jamás detuvo su marcha, ni siquiera cuando fue interceptada por la marcha de las botas que marcarían el compás de su destino, sin importar su procedencia o su tonalidad, en do mayor o sol menor, botas al fin. Banda sonora, estridente, preponte, asesina, preludio de una película de terror.
En la primera escena, durante su cautiverio, comprendió la miseria humana que consiste en desconocer la libertad que comporta ser y quererse a uno mismo como universo particular de la dimensión humana, en esa medida el atropello a los demás , el homicidio, la tortura, la opresión, no son más que una consecuencia lógica de esta terrible falta de comprensión. En segundo lugar, pese a que jamás estudió filosofía llegó a la conclusión que son las personas las que hacen las ideas y no las ideas a las personas, así ella cada noche antes de dormir tejía ideas que a veces tomaban forma de pasamontañas, para abrigar nuevas ideas, por supuesto, y no para cubrirse de éstas. En tercer lugar, descubrió que el tiempo es relativo, y las ventajas de esta relatividad, así por ejemplo, cuando ayudaba a curar a los heridos vivía en pasado, pues los cuidaba con la entrega y ternura con la que cuidaba a sus hijos, cuando comía vivía en futuro saboreando las comidas que comería cuando recuperaría su libertad, y el presente, el presente infinito lo encontraba en la belleza, en la contemplación del paisaje, al que incluso ahora, después de años acude cuando cree que la vida ha perdido sentido. Cierra los ojos y regresa al eterno presente de la hormiga que lleva alimento a su nido bajo la hoja del árbol de naranjo que se encuentra en medio del campamento ubicado en lo alto de la loma desde la que se puede ver la pequeña casa del llano en la que el campesino alimenta el fogón en el que se encuentra la olla en la que hierve el caldo que la mujer cocina mientras le canta una canción a su pequeño hijo, canción que el niño no escucha porque está distraído mirando la luz de unos ojos extraviados allá lejos, en lo alto de la loma.
Cuando salió del cautiverio descubrió sin embargo que no bastaba con comprender la dimensión de ser uno mismo, esto simplemente nos salva de ser miserables pero no nos salva de los miserables sobre todo cuando éstos no sólo llevan botas, sino que su marcha es la marcha fúnebre avalada por el poder y aplaudida con la resonancia sórdida de la ignorancia de la gente que festeja a su opresor con el que concreta su peor negociación: hipoteca libertad por seguridad, la seguridad que supone no hacerse responsable de sus principios, de sus actos, de su libertad, entonces la miseria es colectiva, se convierte en un mal crónico y el cautiverio es un estilo de vida.
Lleva sus manos tullidas por la lejía con la que intenta borrar las manchas de sangre que quedaron impregnadas en las camisetas de sus hijos por el impacto de la bala oficial, no busca motivos para sus muertes, sencillamente no existen. En ese momento fue tal su dolor que pensó en tejer pasamontañas, pero comprendió entonces que la bala de todo fusil, antes o después, aquí o en cualquier otro país, es siempre la misma, tiene el mismo trayecto, mata la misma vida. Por eso, a la media tarde, sentada en una esquina de su casa escondiendo su rostro tras la escalera y con la resolana bañando su pecho de madre, rodeada del olor de la comida servida y la vajilla recién lavada, sueña con descoser uniformes y resarcir vidas. Una gota de sudor brota de la arruga de su frente irrigando los recuerdos, porque pese que tuvo que abandonar su pueblo, su tierra, sus animales y su huerto, a que es la desplazada 1.238.756 para el gobierno nacional, ella sabe que los principios, los afectos y sobre todo la historia, la historia verdadera, no se desplaza jamás y es necesario regarla cada día para cultivar los sueños y arengar la vida.


(adriana jm, desde colombia - noviembre 2007)

los herederos

mira a los pobres de este mundo
admira
su infinita paciencia
con qué maestría
han rodeado todo
con cuánta fuerza
miden el despojo
con qué certeza
saben que estás perdido
que ya muy pronto
ellos sin pausa
heredarán la tierra

(jose emilio pacheco - méxico)


y...

Y ...
Y va naciendo
el pretexto para decir tu nombre
en la noche remojada,
tierna y húmeda
como la flor de grandes ojos abiertos
y pétalos palpitantes
en la que me envolví
en lo más profundo del sueño,
para dibujar tu nombre
en todos los rincones
donde he vivido y viviré
hasta que me lleve el viento,
como semilla,
a dar flor a tierras desconocidas
y me encarne quizás en la niña
que oirá historias
en las tardes iguales de Nicaragua
con el olor a tierra naciendo,
urdiendo en sus entrañas
la vida verde del trópico lujurioso
como yo, como vos,
como las hojas en que nos envolvimos
cuando nos arrojaron del paraíso.




(gioconda belli - nicaragua)

del que hacer con estos poemas

Pienso que juntaré mis poemas,
agarrados como una fila de huracanes
y haré un libro desafiante y bello para vos.
Un libro donde estaremos felices
o ariscos como gatos discutiendo,
un libro que flote en el tiempo de tu tiempo
y que podas enseñar a tus nietos
y decirles:
"Miren como me amó esta mujer",
con orgullo de macho idolatrado.



(gioconda belli - nicaragua)

agua viva (fragmento)

Hoje de tarde nos encontraremos. E não te falarei sequer nisso que escrevo e que contém o que sou e que te dou de presente sem que o leias. Nunca lerás o que escrevo. E quando eu tiver anotado o meu segredo de ser – jogarei fora como se fosse ao mar. Escrevo-te porque não chegas a aceitar o que sou. Quando destruir minhas anotações de instantes, voltarei para o meu nada de onde tirei um tudo? Tenho que pagar o preço. O preço de quem tem um passado que só se renova com paixão no estranho presente. Quando penso no que já vivi me parece que fui deixando meus corpos pelos caminhos.

(clarice lispector - brasil)

por un minuto de vida breve








por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo


(alejandra pizarnik - argentina)

ella se desnuda en el paraíso







ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

(alejandra pizarnik - argentina)

prohibido fijar carteles



Despiertas casicadáver cuando el reloj lo ordena,
el día no te espera, hay tanto capataz que mide
el milímetro del centavo que se atrasa por ti,
bebes el café que quedó de ayer y sales
consuetudinario, PROHIBIDO CURVAR A LA IZQUIERDA,
y casi, PROHIBIDO PISAR EL CÉSPED, pisas el césped
porque ibas a caerte, luego avanzas, ciudadano
y durable, PROHIBIDO CRUZAR, sin saber para qué lado
ir ni para qué, PROHIBIDO ESTACIONARSE, porque no puedes
parar la maquinaria infatigable con tu dedo
solo porque te entró una astilla en el alma,
OBEDEZCA AL POLICIA, así es más fácil, saluda,
di que sí, que bueno, PROHIBIDO HABLAR CON EL CONDUCTOR,
y quitándote dócilmente el sombrero estupefacto,
PONGASE EN LA COLA, anuncia tu hereje necesidad
de trabajar en lo que fuese, NO HAY VACANTES,
tal vez el año próximo por la tarde, pero no te dejan
dejar para mañana lo que puedes morir hoy
y aguantas y volverás cuando te llamen, PROHIBIDO
USAR EL ASCENSOR PARA BAJAR con tus piernas, para eso
las tienes gratis desde el último accidente,
NO SE ACEPTAN RECLAMOS, para que vayas de guerra
en guerra con tu himno nacional, SONRIA, tu banderita, la patria
a la que le debes tanto, como todos,
pero ten cuidado, imbécil: por ir pensando en tu meta­física
descosida ibas a entrar en el parque público,
PROHIBIDA LA ENTRADA, zona estratégica, tú, negro,
perro cívico, civil, SILENCIO, y tú sabes
que no debes, PROHIBIDO PORTAR ARMAS, eso también
se sabe y tampoco los proyectos de amor, los aromas
futuros, no suena todavía la sirena de las seis,
PROHIBIDAS LAS HUELGAS, que es cuando puedes pensar,
LEA SELECCIONES TOME COCA-COLA PROHIBIDO ESCUPIR,
hombre libre de este país libre del mundo libre,
y acatas las yuntas formidables de los diarios
y agradeces: otros piensan por ti y les cuesta
para que sigas libre, no te llames, PROHIBIDO USAR EL TELEFONO,
sólo para tener quien pregunte por ti,
PROHIBIDAS LAS VISITAS EN LAS HABITACIONES,
vayan a creer que estás enfermo, PROHIBIDO FORMAR GRUPOS,
porque tú, individuo, aislado, alicaído, con el vientre
pegado al paladar que te sabe a medalla, eres inofensivo;
mejor apágate la luz, deja para algún día los rencores,
ponte en toque de queda, métete en ti, prolóngate
durmiendo para que vuelvas a amanecer,
heroico de puro testarudo, a leer las nuevas instrucciones
para hoy como un estado de sitio: prohibido
tener libros de Marx y otros libros, prohibido llevar los cabellos
como te de la gana, prohibido ir a China, prohibido
besarse en los parques, prohibido tener fotografías
del Che, nombrar al Che, leer al Che y otros autores,
prohibidas las faldas cortas, las películas suecas,
las canciones de Bob Dylan, los dibujos de Siné,
prohibido hablar mal del gobierno, prohibida
la información sobre los grupos subversivos, prohibidas
todas las manifestaciones, queda prohibida la lucha
de clases ha dicho el Presidente. Y sigues, aguantón
y cobarde, solo porque el instinto, él también,
quién lo creyera, te colgó su letrero: SE PROHIBE MORIR.


(Jorge Enrique adoum – ecuador)
del libro Currículum mortis (1968)

arenga de uno que no fue a la guerra

nunca fui a la guerra, ni falta que me hace,
porque de niño
siempre pregunté cómo ir a la guerra
y una enfermera bella como un albatroz,
gritó con graznido de ave sin mirarme:
ya estás en ella, muchacho, ya estás en ella


(Juan Manuel Roca - Colombia)

españa

No existe la censura:
lo que existe es un Servicio de Información Bibliográfica
para evitar posibles perjuicios económicos a los editores.
No hay gente que se muere de hambre:
hay personas que sufren insuficiencias tróficas
debidas a insuficiencias alimentarias.
No hay lucha de clases:
hay tensiones sociales polarizadas en torno a desiguales
repartos de la Renta Nacional.
No hay oposición episcopal:
no se trata de quitar al obispo sino de modificar
las estructuras jerárquicas que no son conscientes
del compromiso con las líneas posconciliares.
No hay partidos políticos:
hay articulación de contrastes de opiniones.
No hay subida de precios:
hay revisión de tarifas.
No hay derecho de huelga:
hay una manera de exteriorizar el conflicto directo.
No hay epidemia de cólera:
hay brotes de diarreas estivales.
No se habla de amnistía,sino de condena de sanciones.

Etcétera.


(Juan Brossa - España - Versión de Carlos Vitale)

a veces

A veces tengo ganas de ser un cursi
para decir: La amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser un niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir, bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor rompiéndome el pecho, una flor,
y decir: Esta flor, para usted.


(nicolás guillén - cuba)

en el principio era el verbo




te número te teléfono aburrido
te direcciono (callo caso y escalera)
y habitacionada ya te lámparo te suelo
te vaso te enfósforo te libro
te disco te destoco te desvisto desoído
te camo te almohado enciendo descobijo
te pelo te cadero me cinturas
nos trasvasamos labio a labio
me embotello en tu adentro
nos rehacemos te desformo me conformo
multiplicada tú y yo mildividido


(jorge enrique adoum – ecuador)

abrazo

cuando entres en mi casa
aquella que se encuentra en plena vía,
frente
a frente del viento,
en el sitio de ayer
donde hace siglos
derribé las paredes
y arranqué las ventanas,
sabe que,
si no estoy,
he salido a buscarte.

déjame de señal tu cualquier nombre
que luego,
al regresar,
te habré encontrado.

(antonio preciado – ecuador)

curriculum



El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente


usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica

usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad
tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros

usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber
que al fin el mundo es esto:
en su mejor momento
una nostalgia
en su peor momento
un desamparo
y siempre siempre
un lío

entonces
usted muere.



(mario benedetti - uruguay)

rep


cuado tengas ganas de morirte...



Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.

Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.

Quédate sin mujer: verás.

Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete y ya.


(jaime sabines - méxico)

en tiempos difíciles




A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntaran al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
esta es, sin duda, la prueba decisiva.



Heberto Padilla, Cuba, 1932

la luna




La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía

Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados.


Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas



(jaime sabines - méxico)

no quiero paz

No quiero paz, no hay paz,
quiero mi soledad.
Quiero mi corazón desnudo
para tirarlo a la calle,
quiero quedarme sordomudo.
Que nadie me visite,
que yo no mire a nadie,
y que si hay alguien,
como yo, con asco,
que se lo trague.
Quiero mi soledad,
no quiero paz, no hay paz.

(jaime sabines - méxico)

dos palabras




Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.


Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca.


Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
—Que digo sin quererlo— ¡oh, qué bella, la vida!—
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.


Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.


Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.

(alfonsina storni - argentina)

churri, loba triste

Guarda luto bajo el brazo
como pan o periódico
es la loba más triste del mundo
tiene un testamento no escrito
que cuenta sus legados
la sensación del musgo
los pliegues del viento
y sus rincones acústicos
deja todo
la manada deshecha
los hijos
bordea el precipicio
es loba triste
guarda luto
por los zumbadores que no están
o están apenas en matorrales secos
que pierden hojas
se frotan hasta sangrar
albergan insectos y aguijones
loba triste conversa con los muertos
se mira en sus espejos
desaparece

(maría fernanda espinosa – ecuador)

fin de un sueño

Entre mis dedos se ha quedado un sueño.
Se ha quedado dormido como un tierno.
Apenas alcancé a tocar sus delicadas alas
alistándose para el vuelo.
Apenas si lo sentí llegar en un canto...
No estoy triste por haber soñado.
Estoy triste por toda la arena que se me quedó en las manos
esperando el castillo que habría de surgir
desafiándolo todo:
vientos
mareas
malos augurios de los sacerdotes del tiempo.
Triste estoy
por lo que pudo haber sido.
Porque hubiera podido ser tan hermoso,
(pleno y soleado
arco iris después de las lluvias.
Hubiéramos podido inventar el amor
desde tanta esquina diferente,
irlo haciendo en un modo
nunca visto antes del mundo.
Porque podíamos.
Teníamos la magia,
la fórmula secreta,
el gozo por descubrir alquimias
encerradas en la memoria de la tierra
Pero no tuvimos, amor
las alas amaestradas
que requería nuestro sueño
y nos quedamos allí,
en el umbral del poema,
mirándonos apenas
y sabiendo
que pudo haber nacido
y no lo despertamos a tiempo.







(gioconda belli - nicaragua)

hada



gato villegas - ecuador
(enlace aquí al lado)









escrúpulo

Me parece que vivo
que estoy entre los ruidos
que miro las paredes,
que estas manos son mías,
pero quizás me engañe
y paredes y manos
sólo sean recuerdos
de una vida pasada.
He dicho "me parece"
yo no aseguro nada.


(oliverio girondo - argentina)

historia

Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.


(julio cortázar - argentina)

cadena


Este mensaje no es una cadena. Por lo tanto, destrúyalo sin reenviarlo a nadie. Contravenir esta sugerencia sólo congestio­naría inútilmente las líneas. Tenga buen criterio. Ni siquiera es necesario que siga leyendo esto. Si no tiene otra razón para con­tinuar conectado/a a la red, puede eliminar este mensaje y salir del programa, sin tener que lamentar la pérdida de ninguna información relevante. Es más, si usted todavía sigue leyendo es­to, francamente, es porque es un ser parasitario, que no tiene nada que hacer. Por qué mejor no sale a pasear? Le repito que en estas líneas no va a encontrar absolutamente nada que le sea de utilidad. Doy fe de ello, puesto que conozco la continuación del texto. Es exactamente del mismo tenor que cuanto antecede. Va­le decir: no dice nada. Así que... ¡basta de leer, imbécil! ¿Qué es­tás esperando encontrar? Ya te dije que no hay nada... ¿no me creés? Bueno, jorobate. Seguí leyendo, que no vas a encontrar nada que no sea la confirmación de lo anterior, es decir, que en lo que sigue no se dice nada. Nada de nada. No hay voluntad de diálogo, ni tan siquiera voluntad de monólogo. Es un texto vacío, y va a seguir así hasta la última de sus líneas. Se podría lo mismo dejar en blanco las líneas que faltan, de no ser porque co­mo esta página no tiene renglones, no se notaría que están. Pero el que estén no significa nada. No están por nada en especial. Entiendo que la curiosidad te pueda haber llevado a seguir le­yendo hasta acá, pero si seguís... es porque tu pelotudez no tiene limites, ¡Qué idiota, Dios libre y guarde! Ni siquiera para un lingüista o un gramático tiene sentido continuar leyendo esto, porque es una simple colección de frases banales cuyo único objetivo es ratificar la ausencia de finalidad de todo el resto del texto. (Continuará)
Leo Maslíah Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos. Buenos Aires, Ed. de la Flor, 2000.

quiere

Quiere que no midas cada paso
Quiere que no des pasos demás
Quiere que la quieras
Y le enseñes toda la felicidad

Quiere que la abraces y la calmes
Quiere que la dejes descansar
Quiere que sonrías
Y le cures las heridas de la soledad

Quiere todo el tiempo para respirar
Y que respires
Tiempo para dar, cuidarte y que la cuides
Tiempo para amar tu amor, amar su amor
Y amar, armar y amarte, amor

Quiere que le des espacio y tiempo
Quiere que le cuentes tu dolor
Quiere que la quieras y encender
Como una hoguera toda su pasión

Quiere que la amarres a tus besos
En el paladar de tu sabor
Quiere que sonrías
Y sentirse protegida de tu corazón



(Pedro Guerra)

represión y civilizacón

En la serie televisiva "Kung Fu", Kwai Chang Caine, exper­to en arte marcial, es pacifista y se resiste a usar la violencia en cualquiera de sus formas, pero el espectador espera todo el tiempo el momento en que al héroe no le queda otro camino que reventar a los malos a patadas.
En "Hechizada", la bruja Samantha, reducida a civilizada ama de casa, tiene poderes extraordinarios que le permiten hacer aparecer y desaparecer cualquier cosa, trasladarse instantáneamente desde cualquier parte hasta cualquier otra, y cambiar de forma o de aspecto cuando le plazca. Su marido le prohíbe hacer uso de estos poderes y ella acepta de buena gana esta prohibición, pero el espectador espera todo el tiempo el momento en que a ella no le quede otro camino que poner en práctica su magia.
En "Mi bella genio" sucede más o menos lo mismo, salvo que la genio, además de pícara y traviesa, es torpe y utiliza su magia de modo inoportuno, debiendo luego volver a utilizarla para reparar los daños creados por su utilización anterior. El es­pectador espera siempre el momento en que, para bien o para mal, ella practica su magia prohibida.
En "Alf', un alienígena se halla oculto en el seno de una familia tipo y tiene prohibido mostrarse en sociedad, pero el espectador espera ansiosamente el momento en que se produce la transgresión y Alf- aunque sea por un rato y mientras los Tanner no consigan dar una explicación civilizada de esto - es descubierto por alguien de afuera.
En "Hulk" el científico David busca incansablemente la manera de anular los efectos del experimento que lo condenó a convertirse en un gigante verde cada vez que se enoja. Pero el espectador mira la serie esperando todo el tiempo que llegue el momento en que lo hagan enojar, para que se convierta.
En "Paraíso", el pistolero Ethan Cort decidió cambiar de vi­da y se, afincó en una granjita para trabajar honradamente y criar en paz a sus cuatro sobrinos, enseñándoles a respetar la ley, pe­ro el espectador espera todo el tiempo que surjan problemas y que para resolverlos Ethan no tenga otro camino que volver a usar su pistola.
Leo Maslíah Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos. Buenos Aires, Ed. de la Flor, 2000.

cilene

Cilene sabe que lo que está más allá, es para ella.
-Mãe, qué hay detrás de esa montaña?- Se dice así, se siente de otra manera.

Ese sentimiento lo tiene una niña de 9 años. Ella está impresionada con esa montaña y algo le dice que el mundo no termina en ese montón de piedra.
Cilene es otra hermana, es otra hija, es otra ayuda para su madre pero es otra boca. El día de mañana Cilene deberá hacer esto que su madre hace y esta aprendiendo, es disciplinada, habla poco y su padre la ama. No todo es promiscuidad en el campo. No todo es mugre y trabajo. No todo es frío y aburrimiento; la vida en este paraje es esto que se ve. Un río limpio, las flores con sentido y un montón de tierra que hay que trabajar y respetar, porque cuando la tierra se amiga de las manos de la gente, da todo lo bueno que tiene y se brinda tanto; que el hombre se enamora, hasta unirse definitivamente a ella en muerte.
Cilene está obnubilada por las manos de su padre, las manos de su padre le estallan en el viento. Su padre tiene las manos de madera y si él la abraza parece es el dueño del bosque ya que con el viene el olor de la madera, y la frescura de los árboles. Para la madre de Cilene, su marido es un hombre que trabaja y eso basta, es lógico que beba de vez en cuando ya que de sol a sol se parte la espalda. Ella no necesita beber porque es mujer y es mejor que no lo haga por algo que esta también escrito en su sangre.
Cilene tiene los ojos claros como su padre y su padre tiene los ojos claros como su madre y esta historia sigue hasta tatarabuelos.
La niña de los ojos claros tiene una nariz fina que corta el viento, la cara limpia, el cabello adolescente y tiene en mente saber que hay detrás de aquella montaña.
De lo que hay detrás su padre no habla o por lo menos niega saber.


Cilene es tan protagonista de ese lugar, que nadie aceptaría que ese sitio no es suyo.
Siempre hay un camino que casi nadie conoce. Es un camino que aún no se ha hecho, es un camino mas allá. Aquí, parados en la puerta de la casa, al lado de ese tronco que parece ser el lugar de descanso obligatorio para atardeceres; aquí a la altura de estos nueve años de niña, eso no es un camino. Es que los caminos nacen como preguntitas de hijo, como respuestas de padre se hacen hilo y sendero y es a fuerza de enfrentarlo y dar los pasos que todo eso se vuelve nada más y nada menos que tu vida


Del otro lado de la montaña hay ahora una mujer feliz, que mira en el escritorio de su universidad una foto. El papel fotográfico ha dejado a Cilene enfrentada a sus recuerdos, ella ha colocado la mano en su rostro y mirando las fotos de sus dos hijos, un niño y una niña es que se ha visto sobresaltada. Justamente en los pequeños ojos de su niña es donde ve que están mirando otra montaña.

(sergio mercurio - argentina)
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qué tengo yo que ver






si pudiera saber
qué diablos tengo yo
que ver con todo esto
si no me acosara
acorralara
a toda hora a toda voz
en todas las circunstancias y momentos
y pudiera saber
pensar un poco
aplicada y serenamente en qué
en qué demonios
en qué diablos tengo
yo
que ver con todo esto.



(idea vilariño - uruguay)

quiero quedarme



Pronto hemos de separarnos
y de decirnos adiós.
Uno seguirá camino,
el otro no.

Quiero quedarme y que sigas
como si te fuera en pos;
pero no vuelvas la cara,
mujer de Lot.

Irás sola,
¿y por qué triste?,
con mi recuerdo y con Dios.
Será posible que encuentres alguna flor.

Si en cambio tú te quedaras,
¿cómo podré seguir yo?

Las noches me encontrarían en donde estoy.



(leon de greiff - colombia)

indeseable




No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.



(josé emilio pacheco - méxico)

tipo... san valentín

Porque tinham dores muito parecidas
Porque traziam cicatrizes da mesma cor
Porque o gosto das coisas em suas bocas
Tinham o mesmo não-sabor
Porque falavam e sorriam no mesmo tom
Porque coincidiam em cores e canções
Porque tudo pulsava com a mesma intensidade sob suas peles
Porque seus olhos costumavam passear
Atentos pelas mesmas coisas mínimas
Separaram-se espantados.
Porque tenían dolores muy parecidos
Porque traían cicatrices del mismo color
Porque el sabor de las cosas en sus bocas
Tenía el mismo no-sabor
Porque hablaban y sonreían en el mismo tono
Porque coincidían en colores y canciones
Porque todo latía con la misma intensidad bajo su piel
Porque sus ojos solían pasearse
Atentos por las mismas cosas mínimas
Se separaron asustados

un huésped

No sos mío
no estás en mi vida
a mi lado
no comés en mi mesa
ni reís ni cantás
ni vivís para mí.
Somos ajenos
tú y yo misma
y mi casa.
Sos un extraño
un huésped
que no busca
no quiere
más que una cama
a veces.
Qué puedo hacer
cedértela
pero yo vivo sola.

(idea vilariño - uruguay)

decir no


decir no
decir no
atarme al mástil
pero
deseando que el viento lo voltee
que la sirena suba
y con los dientes
corte las cuerdas
y me arrastre al fondo

diciendo no no no
pero siguiéndola.



(idea vilariño - uruguay)

al lado del camino (fragmento)



me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa
me gusta abrir los ojos y estar vivo
tener que vérmelas con la resaca
entonces navegar se hace preciso
en barcos que se estrellen en la nada
vivir atormentado de sentido
creo que ésta, sí, es la parte más pesada

en tiempos donde nadie escucha a nadie
en tiempos donde todos contra todos
en tiempos egoístas y mezquinos
en tiempos donde siempre estamos solos
habrá que declararse incompetente
en todas las materias de mercado
habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado
yo ya no pertenezco a ningún istmo
me considero vivo y enterrado
yo puse las canciones en tu walkman
el tiempo a mí me puso en otro lado
tendré que hacer lo que es y no debido
tendré que hacer el bien y hacer el daño
no olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano


(...)

si alguna vez me cruzas por la calle
regálame tu beso y no te aflijas
si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo, es que pasó una brisa
la brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino
mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino


(fito páez - argentina)
Sopla el viento.
La cortina es el pulmón
De la ventana.

churri, con cariño

este enlace tiene audio:

http://www.danielpaz.com.ar/imagen/martin.swf


si te gustó, hay otras curiosidades en la página de Daniel: www.danielpaz.com.ar
Jamás pertenecí a ninguna parte,
siempre fui una cosa extraña
a la que todos (sin excepción), se acercaron con curiosidad
manosearon y abandonaron luego con desencanto
saltando de lugar en lugar
vomitando verdades y contando cadáveres ajenos
la que fue incapaz de pertenecer al mundo
la niña grande que se negó a cumplir 19
la imprudente de rostro dulce y expresión amarga
que recorrió inútilmente cuerpos y avenidas
buscando miradas amables
la ciudadana número 45.752.961
que votó por Samper y no se pierde la novela de las 8
la hija del borracho
la que penetró la noche y copuló en moteles baratos
esperando un milagro
o una taza de café caliente al final de la calle
o amor... ¿por qué no?
como quien no quiere la cosa,
como se espera la buena suerte
un amor chiquito, simple, primitivo
que justifique la pesadilla de habitar un mundo criminal
el madrugar día a día sin esperanza
y el acumular un cumpleaños tras otro
como quien acumula periódicos viejos
hasta el momento
parece que el amor ha tenido mejores propuestas que atender
no tengo suerte y no pasaré a la historia
pero tengo este cuaderno
una vagina en buen estado y un par de ojos miopes
tengo la taza de café caliente, tengo cigarros
sexo ocasional y el apartado aéreo # 316
¿no les parece fantástico?


(eva durán - colombia)

el deseo de la palabra

La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido.
Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en el interior de las paredes. No vayas a creer que están vivos. No vayas a creer que no están vivos. En cualquier momento la fisura en la pared y el súbito desbandarse de las niñas que fui.
Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los colores? ¿Hablan las imágenes de papel? Solamente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna por aquí.
Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda la noche hasta la aurora salmodiaba: Si no vino es porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que pregunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no hablas con nadie. Extranjera a muerte está muriéndose. Otro es el lenguaje de los agonizantes.
He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos (los siento respirar adentro de las paredes). Imposible narrar mi día, mi vía. Pero contempla absolutamente sola la desnudez de estos muros. Ninguna flor crece ni crecerá del milagro. A pan y agua toda la vida.
En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir.

(alejandra pizarnik - argentina)

llorar

Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo (Argentina)

saber volar...

Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarle una nariz que se sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! Y en esto soy irreductible: no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.

(Oliverio Girondo, fragmento)

limites


¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?


¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?


¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?

Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.



Juan Gelman, Argentina, 1930.

felices los normales


Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
los que no han sido calcinados por un amor devorante,
los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más.
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
los satisfechos, los gordos, los lindos,
los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
los flautistas acompañados por ratones,
los vendedores y sus compradores,
los caballeros ligeramente sobrehumanos,
los hombres vestidos de truenos y las muejeres de relámpagos,
los delicados, los sensatos, los finos,
los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
que sus padres y más delincuentes que sus hijos
y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.




Roberto Fernández Retamar, Cuba, 1930.