me explico: ando que le doy vueltas
y más vueltas
a la fugaz pregunta que me hiciste,
pero no la recuerdo.
tengo la vaga idea de que era algo de dios,
o de los pájaros;
o tal vez de la tierra,
o de los árboles,
pero tu voz inconfudible gira
en estas angustiosas espirales
que sucesivamente
se pierden a lo lejos,
y creo que tampoco tú podrás precisarla,
puesto que aquella noche,
si bien era tu voz,
era en mi sueño.
en todo caso,
sábelo,
aunque me hubieras preguntado la hora,
o cualquier cosa sobre el sol
o el viento;
las piedras,
las guitarras
o los ríos,
te respondo que sí,
que yo te quiero.
(antonio preciado - ecuador)
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