Aunque no sé historia, o muy poca, yo soy el autor de esas páginas.
Todo me ha ocurrido a mí desde el principio.
Yo soy el protagonista,
la víctima, el culpable y el verdugo.
Soy el que mira y el que actúa.
Las edades en mí han descansado.
Los días han sido mi alimento.
Las ideas, mis alas,
mis puñales.
Por el hueco de mis manos ha pasado
el río de las armas.
Mis ojos son los hornos en que ha ardido
la creación entera.
Mi canto es el silencio.
Hombre, mujer, niño, anciano,
cada gesto mío tiembla en las estrellas
atravesando el tiempo irrepetible.
Yo soy. No busquen a otro,
no torturen a otro,
no amen a otro.
No tengo escapatoria.
Todo me ha ocurrido a mí desde el principio.
Yo soy el protagonista,
la víctima, el culpable y el verdugo.
Soy el que mira y el que actúa.
Las edades en mí han descansado.
Los días han sido mi alimento.
Las ideas, mis alas,
mis puñales.
Por el hueco de mis manos ha pasado
el río de las armas.
Mis ojos son los hornos en que ha ardido
la creación entera.
Mi canto es el silencio.
Hombre, mujer, niño, anciano,
cada gesto mío tiembla en las estrellas
atravesando el tiempo irrepetible.
Yo soy. No busquen a otro,
no torturen a otro,
no amen a otro.
No tengo escapatoria.
Cintio Vitier, Cuba, 1921.
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