Por Cristina Civale
Tijuana, Baja California, México, ciudad fronteriza, espacio de mezclas y ebullición, se convirtió en los últimos diez años en un valioso enclave geográfico entre México y Estados Unidos. Por el lado mexicano la ya mencionada Tijuana, pobre y tumultuosa; por el lado de los Estados Unidos la insípida pero rica San Diego. La ciudad de Tijuana es hoy la frontera más transitada del mundo. Nació como una ranchería indígena de frailes franciscanos, fue parcela de encomenderos españoles, campo de batalla de milicias mexicanas y norteamericanas, y depósito de libertinos y aventureros gringos. Por esta ciudad pasan miles de personas por semana haciendo colas de horas interminables, son aquellos que a pie o en coche intentan alcanzar por alguna razón la llamada prosperidad económica que vende Estados Unidos. Pero no todo es un ir y venir de gente desesperada, ni un ajetreo de tráfico humano o de otros tipos, existen diferentes lazos por los que vale la pena internarse en esta ciudad arrolladora y fronteriza. Porque Tijuana es también centro para el intercambio de ideas en diversos ámbitos del pensamiento y la creación, donde el arte y el diseño toman una presencia decisiva a la hora de hablar de un fenómeno de nuestro tiempo: el arte en los bordes, el arte en las fronteras. De esta experiencia de cruces insólitos de cuenta la exposición Extraño nuevo mundo: arte y diseño desde Tijuana que tiene lugar complementariamente en dos museos de San Diego, en el de Arte Contemporáneo-Downtown y en el de La Jolla . También podrá visitarse de forma integral desde finales de este año en el Museo de Arte Moderno de Santa Mónica , en Los Ángeles. Intelectuales y artistas de varias generaciones, con estilos y técnicas diversas, confluyen allí, en Tijuana, donde se perpetúa el uso de medios tradicionales y se recurre también a las nuevas tecnologías para la creación de piezas que demuestran parte de la constante transformación y movimiento que se vive en la ciudad. Pintura, escultura, grabado, fotografía, instalaciones, arquitectura, vídeo o expresiones digitales, se hacen eco de esa misma condición fronteriza, perdiéndose constantemente los propios límites de los lenguajes artísticos empleados en las obras, tal como se pierden los límites de la tierra. De este desvanecimiento dan cuenta muchas de las piezas que se han seleccionado para esta exposición que reúne a 41 creadores de cine, arte, arquitectura y diseño, para presentar una muestra con 150 obras divididas en cuatro zonas: Cartolandia, Nightlife, Frontera Mexico-Usa y Downtown. Publicaciones de arte de los Estados Unidos, Europa y México reconocieron la ciudad como un espacio de vibrante innovación en el arte. Académicos y críticos celebran la diversidad de producción artística de Tijuana. Desde el arte creado con medios tradicionales como la pintura y el grabado a la instalación y el arte conceptual; de la fotografía a las imágenes de derivación digital; del video callejero a ambiciosos producciones cinematográficas, de propuestas arquitectónicas irrealizables a diseños estilizados de casas de bajo costo. Como anunció recientemente una revista de arte de la ciudad: Tijuana se mueve-y está en todas partes . La mayoría de los trabajos exhibidos fueron realizados en los últimos quince años y unos pocos están fechados en los años setenta. En buena parte de ellos, se observa la presencia reiterada de algunas temáticas como identidad, inmigración y globalización. Esta exposición documenta, además, la reciente explosión de experimentos artísticos en Tijuana y explora el cambio de enfoque del arte, de la experiencia de la frontera a un arte que aprovecha un nuevo tipo de urbanismo veloz que sólo puede desplegarse en ciudades en vías de desarrollo de todo el mundo. Extraño nuevo mundo va acompañada de un catálogo académico de 250 páginas y una página web muy creativa que presenta a cada uno de los artistas de la exposición y sus obras con música de Tijuana y un mapa descargable de la ciudad. Su navegación es un verdadero descubrimiento, aunque hay que tener paciencia ya que es un poco lento. El proyecto pudo realizarse gracia a diferentes becas, entre otras las de la Andy Warhol Foundation for the Visual Arts y la de la Rockefeller Foundation y también de donantes anónimos, entre numerosos entes estatales a uno y otro lado de la frontera más ardiente del mundo.
(tomado de El Clarín: http://www.clarin.com, edición23/06/2006)
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