En la orilla del aire
(¿qué decir, qué hacer?)
hay todavía una mujer.
En el monte, extendida
sobre la yerba,
si buscasmos bien:
una mujer.
Bajo el agua, en el agua,
abre, enciende los ojos,
mírala bien.
Algas, ramas de peces,
ojo de náufragos,
flautas de té,
le cantan, la miran bien.
En las minas, perdida,
delgada, sombra también
raíces de plata obscura
le dan de beber.
A tu espalda, en donde estés,
si vuelves rápido a ver
la ves.
En el aire hay siempre oculta
como una hoja en un árbol,
una mujer.
(jaime sabines - méxico)
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