en quito he vivido ya alguna tormenta.
el agua cae distinta del cielo,
como si abrieran miles de grifos a la
vez.
debe ser la altura.
la altura es la culpable de todo.
2850 metros.
no está nada mal.
los girasoles que sembramos están a
punto de brotar
y me pregunto si no es un truco para
vivir un buen verano.
no soy tan valiente como algunos creen
ni tan cobarde como me siento a veces.
soy cada día más humana,
y eso me enorgullece.
con mis canas y mis dioctrías,
mis fobias, mis ritmos, mi sed cada mañana.
te quiero más y mejor.
nuestros códigos son sólo nuestros.
y ya soñamos con un nuevo país,
porque nos da la gana.
(poema escrito por la de pasitos enanos, a quien se vuelve siempre que se necssita algo de delicadeza)